Nunca habían coincidido. Para Adrián Expósito esta serie de Antena 3, que termina el martes 3, ha sido su debut. Y para Jaime Olías y Maxi Iglesias, un giro hacia papeles maduros. Así, los falsos muros de ese Toledo en esplendor han sido escenario de una aventura decisiva en sus vidas .
Ahora presumen de ser amigos y planean “cruzar el charco juntos”, tras concluir la grabación. No importa que su amistad se haya forjado en el siglo XIII, en un ambiente de guerra fratricida ni que sus personajes sean de clases sociales distintas.
Jaime interpreta al infante Fernando, heredero de Alfonso X (Juan Diego); Maxi es Martín, el hijo del magistrado Rodrigo (Eduard Farelo), y Adrián, su escudero: “Ese es el valor de nuestros papeles. Se han conocido de forma progresiva y solo se impone la jerarquía en momentos difíciles. Pero luego siempre se han comportado como amigos y seguirán unidos hasta el final’’, dice Maxi. Esa lealtad marcará sus destinos.
En el último episodio se libran dos batallas en 'Toledo': la de cristianos y musulmanes, y la de la lucha por el trono. La vida del infante Fernando corre peligro. Su hermano Sancho (Miguel Barberá) quiere matarlo y utiliza a una bailarina para seducirlo: “Aunque una vez más le pierde una mujer, tendrá que madurar de golpe, declara Jaime. Quizá sea demasiado tarde y la actuación de Martín y Cristóbal no sea suficiente: “En la vida real mi personaje murió muy joven, con 20 años, pero quizá este no sea el momento…”.
La serie carece de rigor histórico, aunque sí refleja el ambiente intelectual de Toledo. La actividad bulle en la escuela de traductores, escenario del romance entre Martín y Fátima (Paula Rego), hija del líder musulmán. Sin embargo, ella se ha prometido con Abdul (Nasser Saleh), de su misma religión, y si Martín quiere recuperarla, tendrá que huir con ella: “No parece fácil en medio de tanta violencia. Habría que restaurar la convivencia de las tres culturas. Hay una posibilidad, pero trágica…”.
Cristóbal no podrá continuar su relación con Blanca (Beatriz Vallhonrat): “Mi personaje no será el mismo y quizá vea a su amada con otros ojos”, dice Adrián. De ellos también depende cambiar el curso de la historia. Solo están seguros de algo: “La tragedia no logrará separarnos”.
Los actores tampoco son los mismos. Maxi eligió este papel pensando en sí mismo: “Quería probar y estoy muy contento”. Jaime también celebra haber superado el reto: “Ha sido duro porque el papel requería un porte regio. ¡Qué pena no poder seguir!”.
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